LA
IRREVERSIBLE DECADENCIA AMERICANA
Revista ALTERNATIVAS ECONOMICAS Oct 2025 Nro. 139
La sensación de que Estados Unidos se
encuentra en un proceso de decadencia viene de lejos y se confirmó con la
crisis financiera mundial 2007-2008 generada en EEUU. Ahora, el presidente Donald
Trump ha prometido revertir la situación y convertir de nuevo a América como
la única gran potencia mundial. Con el lema "América Primero" y de
forma totalmente autoritaria, ha puesto en marcha un nacionalismo extremado, un
proteccionismo económico, la reducción de la inmigración y de lo foráneo, así
como el retorno a los valores tradicionales conservadores americanos. ¿Cuál
será el resultado a largo plazo de las políticas de Trump? Imposible de saber,
pero todo parece indicar que, a medio plazo, muchas de las medidas que está tomando,
acelerarán la decadencia de EEUU de forma imparable.
Entre las medidas ya tomadas, destacan el
giro de 180 grados que Trump está dando al orden económico mundial creado por EEUU
en “Bretton Woods” el año 1945, que se basaba en impulsar los valores
democráticos, el modelo económico liberal, la colaboración internacional y la
globalización del comercio. Ahora el nuevo modelo de Trump consiste en aplicar
la ley del más fuerte y el uso del chantaje para imponer sus intereses.
En el campo de la relación internacional menosprecia
las instituciones multilaterales y los acuerdos globales, entre ellos a las Naciones
Unidas. Trump no tiene límites ni fronteras: quiere convertir a Canadá en un
estado más de EEUU, exige a Dinamarca que le ceda Groenlandia, expolia las
tierras raras de Ucrania y quiere convertir Gaza en un centro turístico y
residencial. Es sorprendente ver cómo desprecia a los países de la UE que han
sido sus aliados durante ochenta años.
Trump no entiende que el mundo ha cambiado
y existe una nueva realidad. China, Rusia, India, Brasil, Indonesia,
Turquía, Arabia Saudí y Australia, entre otros, forman parte de la nueva
geopolítica. El resultado es que está menospreciando y chocando abiertamente
con sus socios y aliados tradicionales como la UE, Canadá, México, Japón o
Corea del Sur.
El proteccionismo y las altas tarifas
arancelarias que ha impuesto, desestabilizan la gobernanza y la economía
mundial y obligan a todos los países a tomar sus contramedidas lo que perjudica
al comercio internacional. La animadversión contra los inmigrantes llevará a la
falta de fuerza laboral y al aumento de los costes.
Pero uno de los aspectos más graves que
acelerará su decadencia es el querer controlar las mentes y las ideas.
Querer imponer su ideología a las universidades y centros de investigación o de
pensamiento y poner dificultades a los científicos e investigadores extranjeros
será un desastre para el país.
La liberalización de la economía tiene
aspectos positivos, pero la laxitud en el sistema financiero facilita la especulación,
tal y como sucedió en la crisis del año 2007-2008.
El medioambiente resultará muy
perjudicado. Aparte de haberse retirado de los Acuerdos de París, el frenar el
crecimiento de las energías renovables e impulsar el uso del petróleo, gas,
encarecerá su energía y sus empresas serán menos competitivas.
Inicialmente, puede dar la sensación que
las medidas tomadas son muy positivas. Bajar
los impuestos, cobrar altos aranceles, obligar a los países y a las empresas a
invertir en EEUU y a comprar armamento y productos americanos, impulsarán la
economía y las bolsas seguirán subiendo. Pero paulatinamente los países se irán
adaptando a la nueva realidad y buscarán otras alternativas mientras que EEUU
irá perdiendo aliados y la confianza que merecía de forma que sus relaciones
económicas, y de todo tipo, se reducirán. A medio plazo, EEUU se irá
aislando y perdiendo su influencia política y económica y se cuestionarán
sus privilegios en el actual orden económico mundial, que diseño a su favor en
1945.
Dadas las incertidumbres derivadas del
estilo de hacer política del presidente Trump, el elevado nivel del déficit y
de deuda pública, la ruptura de las alianzas internacionales, las guerras
arancelarias y la desregulación del sector financiero, aumenta la preocupación de
los inversores sobre el futuro de la economía americana. Las agencias de
valoración de riesgo ya han bajado la calidad de su deuda pública. Afortunadamente
para EEUU, a los inversores no resulta fácil hallar a corto plazo alternativas
más allá del dólar, aunque paulatinamente irán apareciendo nuevas
oportunidades.
¿Cuál será el resultado para el ciudadano
americano? Las políticas del presidente Trump
traerán un aumento de costes, mayor inflación y un tipo de interés más elevado.
La disminución de los impuestos, especialmente a las clases más acomodadas,
llevará a un elevado déficit anual y al aumento de la ya astronómica deuda
pública. Los recortes en los servicios públicos afectarán a las clases medias y
populares. La brecha social americana entre los muy ricos y el resto de ciudadanos
se ensanchará. La sociedad se polarizará y tensionará. En definitiva,
disminuirá el progreso económico y social y el bienestar de los ciudadanos será
el gran perdedor.
EEUU es todavía la gran potencia mundial y
su declive será lento, progresivo e inevitable, pero su vacío se irá cubriendo por
otros países, especialmente por China que
irá sustituyendo a EEUU en la influencia como gran potencia mundial. En la cumbre
de la Organización de Cooperación de Shanghái, en Tianjin, a la que asistieron
26 países, entre ellos India y Rusia, el presidente de China, Xi Jinping, ya ha
planteado la necesidad de un nuevo orden mundial sin dominio de EEUU o de la
UE.
Algún día Donald Trump perderá la mayoría
política que le apoya, pero será demasiado tarde para corregir los graves
errores cometidos, especialmente su aislamiento y la pérdida de influencia a
nivel mundial, que acelerará su decadencia.
El mundo ya ha entrado en una nueva era en la que domina el proteccionismo, un
fuerte rearme, un aumento de la desigualdad social y la inseguridad y, en
definitiva, un retroceso en la calidad de vida. Un mundo injusto y egoísta,
gobernado por los intereses nacionales de cada país y por los grandes grupos
financieros, que se basará en la ley del más fuerte. Sólo la resiliencia individual
y colectiva, presionando al poder para que detenga esta locura, nos puede
llevar a recuperar la esperanza en el futuro.
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